Reconstrucción de Ligamentos Cruzados
El Ligamento Cruzado anterior es uno de los dos ligamentos que cruza por el medio de la rodilla, conectando el hueso del muslo con la tibia, colaborando con la estabilización la articulación de la rodilla. Las lesiones de este ligamento ocurren predominantemente al practicar deportes y hacer actividades físicas debido a la presión que se ejerce sobre la rodilla.
Algunos ejemplos de los movimientos causantes son:
- Reducir la velocidad y cambiar de dirección de manera repentina.
- Girar con el pie plantado en el suelo.
- Aterrizar de un salto de manera incorrecta.
- Detenerse de manera repentina.
- Recibir un golpe directo en la rodilla.
Los síntomas que puede presentar el paciente se caracterizan por una sensación de rotura o chasquido, hinchazón de la rodilla y limitaciones funcionales como saltar, correr, caminar con normalidad e incluso mantenerse de pie sobre la rodilla afectada.
Tratamiento
Dependiendo el tipo de paciente y la lesión, se pueden realizar tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos. Se puede tratar una lesión del Ligamento Cruzado anterior de manera satisfactoria con fisioterapia en personas que son relativamente inactivas, que participan en actividades recreativas y ejercicios moderados, incluyendo deportes que ejercen menos presión en la rodilla.
En tratamientos de carácter quirúrgico, se realiza la reconstrucción del Ligamento Cruzado anterior. Debido a que los ligamentos son fuertes bandas de tejido que conectan un hueso con otro, durante la reconstrucción se retira el ligamento roto y se reemplaza por una banda de tejido que conecta el músculo con el hueso (tendón). El tendón de injerto se extrae de otra parte de la rodilla o del cuerpo.
La reconstrucción del Ligamento Cruzado anterior suele recomendarse en los siguientes casos:
- Pacientes deportistas.
- Cuando hay más de un ligamento dañado.
- Cuando el menisco desgarrado requiere reparación.
- En casos en los que la lesión provoca que la rodilla falle o ceda durante las actividades cotidianas.
- Pacientes jóvenes (teniendo en cuenta otros factores, como el nivel de actividad y la inestabilidad de la rodilla, que son más relevantes que la edad).
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Reparación Meniscal
El menisco se compone de cartílago resistente y correoso en forma de “C” que funciona como un amortiguador entre la tibia y el fémur. El desgarro de menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes, debido a que puede darse con cualquier actividad que haga girar o torcer la rodilla con fuerza o repentinamente, especialmente al poner todo el peso sobre ella. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado puede generar una rotura del menisco.
Síntomas
Podemos mencionar que un menisco desgarrado causa:
- Una sensación de chasquido.
- Hinchazón o rigidez.
- Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla.
- Dificultad para enderezar la rodilla completamente.
- Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla.
- Sensación de que la rodilla se afloja.
Tratamiento
Existen tratamientos de tipo conservador para esta lesión, como recomendación de reposo, aplicación de hielo, y medicamentos. En otros casos, sin embargo, se requiere intervención quirúrgica para subsanar el menisco desgarrado.